Los finales felices estratégicamente pensados, siempre son una batalla ausente de victorias. Momentos ambiguos en entrañas espesas. Nostalgias pálidas y olvidos sonrojados con una paciencia que erupciona a los once segundos posteriores de la mitad de esta melodía (2’15”). Dull to Pause, The Animator, Last Exit, son algunos de los éxitos de este grupo inglés que le dan gran apertura a uno de los tantos aciertos musicales de su más reciente álbum: It’s all true. A Truly Happy Ending es una canción para emotividades que se deslizan por el abdomen de una noche que pretende descender hacia el encanto.
Hombros reacios a la calma y el movimiento de cabeza adquiere autonomía, mientras el humo azul de la nicotina asfixia cualquier tipo de ilusión nocturna que intervenga en la conexión con los particulares sonidos de Junior Boys.
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